domingo, 4 de diciembre de 2011

Se acabó, estar en el infierno.

Ya se pasó todo, aunque parece que fué una eternidad y que no terminaba nunca.
Atrás quedó esa amargura de estar trabajando a disgusto, agobiada, acojonada..., si, acojanada, por culpa de esa "gente", que estan por encima de ti, que se piensan que van a heredar la empresa y con tal de "ganar puntos" con el jefe, son capaces de pasar por encima y pisar a los que estan por debajo de ellos y si pueden, tambien a alguno que se deje pisar, de los que estan por encima de ellos. De todas formas, las cosas no son como antes, parece mentira que yo, estuviera entre las personas que más apreciaban en el trabajo, de quien más se fiaban, en quien más confiaban, por mi trabajo y dedicación, sin peloteos ni manoneos, simplemente por mi trabajo. Y un tiempo despues, tener que volver a la misma empresa, por necesidad, y encontrarte con que, ya no eres nada, ni la sombra de lo que fuiste cuando te marchaste...  ¿que pasó?, ¿que ha sucedido?, Un conjunto de sucesos y de mala gente al rededor, fueron los causantes de tal desastre..., el pasar del tiempo, que va dejando su huella en nuestros cuerpos y mentes, y no deja que fluya esa persona que eras antes...

En todo caso, todas las papeletas del sorteo se las llevan los superiores, los que se piensan que son dueños y lo único que son, "unos pringaos", porque hoy estan arriba, pero mañana estaran abajo... Y que no se le olvide a todo el mundo, que a cada cerdo le llega su San Martin, que lo que siembras hoy lo recojeras mañana,  y que el destino, más tarde o más temprano, le da a cada uno lo que se merece. No lo dudes.







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